Quien no se hace cargo ni siquiera un poco, por mas que haya tenido razón en alguna que otra cosa, como que el publico tuvo muchísima responsabilidad en la tragedia, no merece comentario alguno...
Chaban es responsable del delito de estupidez. Estrago doloso...mmmm no se...pero estupidez, le desborda por las orejas...
La cultura(?) chabona tiene otro porcentaje de responsabilidad, no menor...
la policía coimera, los bomberos inútiles...los inspectores municipales corruptos...los empresarios vampiros del Rock, que pretenden sacarle la guita que pueden a los pelotudos de la cultura del "aguante", un desquicio que hasta ahora ya ha cobrado demasiadas víctimas...
Y lo principal: el temor de las autoridades a imponer un cacho de orden sin temor a ser llamados autoritarios.
Ortega y Gasset explicaba parte de los males de la sociedad actual en el llamado poder de las masas, Wright Mills lo sacudió indicando que justamente ese fenómeno era todo lo contrario, la entronización de las elites encaramadas sobre las masas.
Adorno, explicaba que achacar a las capas sociales mas bajas la culpabilidad de los males sociales en conjunción con la emancipación democrática es un error, y resulta exactamente todo lo contrario, no son los oprimidos los que obran la estupidización, sino la óla que los estupidiza.
Todo esto para decir una perogrullada: la culpa la tiene el chancho y el que le da de comer.
Que un grupo de dudosisimo talento convocara a la masa de adherentes bajo el lema del "aguante", estimulando el ritual soterrado de cuño neofascista de las bengalas, haciendo alarde de rebeldía y lumpenización, solo nos habla del conflicto que comenzaba a gestarse en el vientre de la sociedad desplazada, desclasada, pero, valga el juego de palabras, no descalzada, porque siempre había un mango mas para robarles.
La adoración romántica del lema vernáculo del "aguante", impuesta desde la exclusión, solo perpetua la alienación propia de la masa, la deshumaniza y la convierte en objeto, y desencaja la conciencia del ser real.
Esta exclusión es funcional a la elitización de las sociedades, FIJENSE QUE LA CULTURA DEL AGUANTE ESTA INTIMAMENTE LIGADA A LA CULTURA DEL "QUE SE VAYAN TODOS"...esa ilusión de quienes, cual mistagogos itinerantes, intentaron despolitizar a la sociedad argentina, con el solo objeto, de oculta factura fascista, de erigirse en conductores y guias de descarriados. Hace treinta años un grupete de salames, que fueron enviados al matadero por lideres que hoy disfrutan las mieles del poder o disfrutan del dorado y rico exilio mentiroso, se creyó esa falacia.
Cromañon es producto de la indigencia intelectual y la falta de respuestas que una sociedad que se moviliza con giladas y deja lo importante, como la realización de sus jóvenes,a la soberana bartola que implica la absoluta deserción del estado en ese importante rubro. Quien pretenda que yo diga que eso es producto de la "década infame", tenga en cuenta que el calendario tiene una virtud, la inevitabilidad. Siete años pasaron, tiempo mas que suficiente para articular minimamente una política de estado, una redirección de ciertas lineas, un intento aunque sea limitado de mejorar...pero no...tenemos que comernos al pingüino Neki, con ricas fetas de sushi de merluza adobada con cocaína, o marroquinería que el Viento del Sur lleva casualmente llena de beatíficos polvos blancos a las playas de la madre patria. Y Cromañon?...bien gracias, es la hoguera de vanidades donde se quemaron 194 vidas y como sociedad no aprendimos nada.
Chaban es responsable del delito de estupidez. Estrago doloso...mmmm no se...pero estupidez, le desborda por las orejas...
La cultura(?) chabona tiene otro porcentaje de responsabilidad, no menor...
la policía coimera, los bomberos inútiles...los inspectores municipales corruptos...los empresarios vampiros del Rock, que pretenden sacarle la guita que pueden a los pelotudos de la cultura del "aguante", un desquicio que hasta ahora ya ha cobrado demasiadas víctimas...
Y lo principal: el temor de las autoridades a imponer un cacho de orden sin temor a ser llamados autoritarios.
Ortega y Gasset explicaba parte de los males de la sociedad actual en el llamado poder de las masas, Wright Mills lo sacudió indicando que justamente ese fenómeno era todo lo contrario, la entronización de las elites encaramadas sobre las masas.
Adorno, explicaba que achacar a las capas sociales mas bajas la culpabilidad de los males sociales en conjunción con la emancipación democrática es un error, y resulta exactamente todo lo contrario, no son los oprimidos los que obran la estupidización, sino la óla que los estupidiza.
Todo esto para decir una perogrullada: la culpa la tiene el chancho y el que le da de comer.
Que un grupo de dudosisimo talento convocara a la masa de adherentes bajo el lema del "aguante", estimulando el ritual soterrado de cuño neofascista de las bengalas, haciendo alarde de rebeldía y lumpenización, solo nos habla del conflicto que comenzaba a gestarse en el vientre de la sociedad desplazada, desclasada, pero, valga el juego de palabras, no descalzada, porque siempre había un mango mas para robarles.
La adoración romántica del lema vernáculo del "aguante", impuesta desde la exclusión, solo perpetua la alienación propia de la masa, la deshumaniza y la convierte en objeto, y desencaja la conciencia del ser real.
Esta exclusión es funcional a la elitización de las sociedades, FIJENSE QUE LA CULTURA DEL AGUANTE ESTA INTIMAMENTE LIGADA A LA CULTURA DEL "QUE SE VAYAN TODOS"...esa ilusión de quienes, cual mistagogos itinerantes, intentaron despolitizar a la sociedad argentina, con el solo objeto, de oculta factura fascista, de erigirse en conductores y guias de descarriados. Hace treinta años un grupete de salames, que fueron enviados al matadero por lideres que hoy disfrutan las mieles del poder o disfrutan del dorado y rico exilio mentiroso, se creyó esa falacia.
Cromañon es producto de la indigencia intelectual y la falta de respuestas que una sociedad que se moviliza con giladas y deja lo importante, como la realización de sus jóvenes,a la soberana bartola que implica la absoluta deserción del estado en ese importante rubro. Quien pretenda que yo diga que eso es producto de la "década infame", tenga en cuenta que el calendario tiene una virtud, la inevitabilidad. Siete años pasaron, tiempo mas que suficiente para articular minimamente una política de estado, una redirección de ciertas lineas, un intento aunque sea limitado de mejorar...pero no...tenemos que comernos al pingüino Neki, con ricas fetas de sushi de merluza adobada con cocaína, o marroquinería que el Viento del Sur lleva casualmente llena de beatíficos polvos blancos a las playas de la madre patria. Y Cromañon?...bien gracias, es la hoguera de vanidades donde se quemaron 194 vidas y como sociedad no aprendimos nada.