Un mar de corrección política nos hace naufragar en las precariedades del espíritu libertario y se convierte en un siniestro factor de riesgo, pues es aplicado a rajatabla y sin anestesia, acriticamente, y condiciona la perspectiva con que se mira todo. Así, es fácil asolar la realidad mas simple, con una lógica torcida, una lógica que pretende ser de hierro y tiza y solo resulta caliza, desmoronable, deshacible en una sopa primordial de supuestas verdades de Perogrullo. Instamos a esa realidad cincelada a fuerza de tontería a responder a nuestras inquietudes existenciales de la mas básica factura, y asi nos va.
Tengo algo de ansiedad, silenciado en mis pensamientos mas solemnes, atenazado en mi realidad de diario yantar y la búsqueda vana de bienestar.