En los últimos tiempos, estimulado por una discusión entre amigos, comencé una relectura de Martín Heidegger, adentrándome, en lo que pude en Ser y Tiempo y en Introducción a la Metafísica, intentando ya no descubrir el vano intento del traductor, que siempre transcribe el termino alemán y usa el mismo como sagrado mantra tras el cual se esconde el “verdadero significado”, sino intentar encontrar la intima relación, el hilo ideológico conductor, entre el totalitarismo del siglo veinte y los aspirantes a esa categoría ideológica, política y existencial de este pedacito de historia que nos toca vivir.
No es completamente desinteresada mi relectura, pues he alcanzado a vislumbrar, a intuir, que occidente nuevamente ha perdido el rumbo.
Releo a Heidegger por su predicamento, por su influencia, no solo en los nostálgicos neonazi, sino entre los nacional populistas, las seudo izquierdas ecologistas y el Islamismo fundamentalista Shii. Una extraña mezcla.
Heidegger fue un maestro en escribir galimatías que funcionan como ecuaciones complejas en las que las palabras adquirían una aparente dimensión profunda y poderosa. El pensamiento Heideggeriano es base, sin dudas, del renacer de la nueva derecha europea, del neonazismo y aunque parezca paradójico, fundamenta el pensamiento de las izquierdas anarquistas, que tienen una inexplicable fascinación por el mas visceral autoritarismo.
Heidegger, en un discurso en con el que inicia el rectorado de la Universidad de Friburgo, termina con una frase muy particular, una traducción retorcida de una frase de La Republica, de Platón: "Alles Grosse steht im sturm", todo lo grande emerge en el asalto, esto es, en la tormenta.
El texto y subtexto que Heidegger pone como horizonte conceptual de violencia y ruptura sirvió para que las SA, (Sturmabteilung), las primigenias bandas fascistas, lo acompañaran en esa asunción del cargo.
Se tiende a pensar que los nazis representaban a la gran burguesía alemana, pero la realidad es que se usaron mutuamente, ambos tapándose la nariz, pues la base "socialista" del nazismo, no toleraba el librecambio ni el capitalismo, de hecho malapalabras en la Alemania nazi.
De hecho, Heidegger propugnaba un retorno a la pastoralia y a la vida aldeana germana, en completa colisión con los intereses de la Krupp o de la Thyssen. Hitler en persona, desviada la intención originaria de desvincular a las familias esas de las empresas de las que eran dueñas, por simple alianza y no por otra cosa, mantenía una relacion de desprecio profundo por esas familias y sus empresas
Aunque parezca paradójico, nada mas alejado del espíritu nazi la descarnada lucha capitalista. Por el contrario, destinaron ingentes esfuerzos a anular la iniciativa personal, y solo quedo en manos de aventureros, (aun los devenidos santos como Schindler), que superaron con mucha habilidad las limitaciones nazis al individualismo.
El Ontologismo historicista de Heidegger, se acomoda perfectamente al renovado papel que se le da a las "etnias", "identidades nacionales", "minorías" y "raíces", por citar algunos.
Heidegger fue un pensador nazi, despojando el término "nazi" de la connotación estúpida que se le da en estos tiempos, que la vacía de contenido y llevándolo al contexto histórico e ideológico de la Europa de la preguerra. Hoy se acusa de "nazi", justamente a las manifestaciones mas alejadas del propio nazismo, cualquier liberalismo es tildado de "nazi", en un mecanismo que encontraron no solo las izquierdas, sino los reaccionarismos mas recalcitrantes, para denigrar y deslegitimizar al oponente. Acusarlo de justamente eso, que mas odia...un mecanismo diabolico y perversamente efectivo.
El uso del pensamiento Heideggeriano, aun cuando es oscuro y en muchos casos ininteligible, por parte de los nacionalismos actuales, y acá me refiero, por ejemplo, a Norberto Ceresole, nacionalsocialista vernáculo, pasado a mejor vida hace unos siete años, inspirador del “socialismo del siglo XXI” chavista, es ilustrativo de que el basamento ideológico que le dio al régimen nazi no era menor. (me confieso lector y pretenso estudioso del pensamiento Heideggeriano, aunque sin mucho éxito, debo confesar, porque no tengo la herramienta básica: el alemán, aun cuando a través del rudimento de la traducción se puede acceder a alguna sombra de comprensión de lo que quiso decir. No es una cuestion menor el asuntillo ese del idioma, pues segun el propio filosofo, solo el Aleman y el Griego son idiomas que pueden ser aptos para "filosofar". Solo el idioma aleman, y por ende solo el Volk, heredero de las tradiciones griega y germanica, puede erigirse en guia y rector de los pueblos del mundo. El concepto de Master Race, no esta a la vuelta, sino aca, enfrente nuestro.
Sin embargo, aun cuando es evidente el origen völkish, extremadamente nacionalista y asentado firmemente en las bases de un antimodernismo feroz, la izquierda marcusiana se enamora de el, y perdona sus diatribas perfectamente racistas y criminales, proferidas ante la oficialidad de las SS, en pleno 1944.
La confusión deviene del encanto que los pensadores existencialistas de los 60tas que, encandilados probablemente por la oscuridad con que escribía el filosofo, tuvieron con el tipo. Marcuse le escribía cartas!!! A un nazi que no sólo levantaba el brazo ante la mera mención del nombre del Fuhrer, sino que fue un manantial, una fuente de estudio de las SA!!!
No es completamente desinteresada mi relectura, pues he alcanzado a vislumbrar, a intuir, que occidente nuevamente ha perdido el rumbo.
Releo a Heidegger por su predicamento, por su influencia, no solo en los nostálgicos neonazi, sino entre los nacional populistas, las seudo izquierdas ecologistas y el Islamismo fundamentalista Shii. Una extraña mezcla.
Heidegger fue un maestro en escribir galimatías que funcionan como ecuaciones complejas en las que las palabras adquirían una aparente dimensión profunda y poderosa. El pensamiento Heideggeriano es base, sin dudas, del renacer de la nueva derecha europea, del neonazismo y aunque parezca paradójico, fundamenta el pensamiento de las izquierdas anarquistas, que tienen una inexplicable fascinación por el mas visceral autoritarismo.
Heidegger, en un discurso en con el que inicia el rectorado de la Universidad de Friburgo, termina con una frase muy particular, una traducción retorcida de una frase de La Republica, de Platón: "Alles Grosse steht im sturm", todo lo grande emerge en el asalto, esto es, en la tormenta.
El texto y subtexto que Heidegger pone como horizonte conceptual de violencia y ruptura sirvió para que las SA, (Sturmabteilung), las primigenias bandas fascistas, lo acompañaran en esa asunción del cargo.
Se tiende a pensar que los nazis representaban a la gran burguesía alemana, pero la realidad es que se usaron mutuamente, ambos tapándose la nariz, pues la base "socialista" del nazismo, no toleraba el librecambio ni el capitalismo, de hecho malapalabras en la Alemania nazi.
De hecho, Heidegger propugnaba un retorno a la pastoralia y a la vida aldeana germana, en completa colisión con los intereses de la Krupp o de la Thyssen. Hitler en persona, desviada la intención originaria de desvincular a las familias esas de las empresas de las que eran dueñas, por simple alianza y no por otra cosa, mantenía una relacion de desprecio profundo por esas familias y sus empresas
Aunque parezca paradójico, nada mas alejado del espíritu nazi la descarnada lucha capitalista. Por el contrario, destinaron ingentes esfuerzos a anular la iniciativa personal, y solo quedo en manos de aventureros, (aun los devenidos santos como Schindler), que superaron con mucha habilidad las limitaciones nazis al individualismo.
El Ontologismo historicista de Heidegger, se acomoda perfectamente al renovado papel que se le da a las "etnias", "identidades nacionales", "minorías" y "raíces", por citar algunos.
Heidegger fue un pensador nazi, despojando el término "nazi" de la connotación estúpida que se le da en estos tiempos, que la vacía de contenido y llevándolo al contexto histórico e ideológico de la Europa de la preguerra. Hoy se acusa de "nazi", justamente a las manifestaciones mas alejadas del propio nazismo, cualquier liberalismo es tildado de "nazi", en un mecanismo que encontraron no solo las izquierdas, sino los reaccionarismos mas recalcitrantes, para denigrar y deslegitimizar al oponente. Acusarlo de justamente eso, que mas odia...un mecanismo diabolico y perversamente efectivo.
El uso del pensamiento Heideggeriano, aun cuando es oscuro y en muchos casos ininteligible, por parte de los nacionalismos actuales, y acá me refiero, por ejemplo, a Norberto Ceresole, nacionalsocialista vernáculo, pasado a mejor vida hace unos siete años, inspirador del “socialismo del siglo XXI” chavista, es ilustrativo de que el basamento ideológico que le dio al régimen nazi no era menor. (me confieso lector y pretenso estudioso del pensamiento Heideggeriano, aunque sin mucho éxito, debo confesar, porque no tengo la herramienta básica: el alemán, aun cuando a través del rudimento de la traducción se puede acceder a alguna sombra de comprensión de lo que quiso decir. No es una cuestion menor el asuntillo ese del idioma, pues segun el propio filosofo, solo el Aleman y el Griego son idiomas que pueden ser aptos para "filosofar". Solo el idioma aleman, y por ende solo el Volk, heredero de las tradiciones griega y germanica, puede erigirse en guia y rector de los pueblos del mundo. El concepto de Master Race, no esta a la vuelta, sino aca, enfrente nuestro.
Sin embargo, aun cuando es evidente el origen völkish, extremadamente nacionalista y asentado firmemente en las bases de un antimodernismo feroz, la izquierda marcusiana se enamora de el, y perdona sus diatribas perfectamente racistas y criminales, proferidas ante la oficialidad de las SS, en pleno 1944.
La confusión deviene del encanto que los pensadores existencialistas de los 60tas que, encandilados probablemente por la oscuridad con que escribía el filosofo, tuvieron con el tipo. Marcuse le escribía cartas!!! A un nazi que no sólo levantaba el brazo ante la mera mención del nombre del Fuhrer, sino que fue un manantial, una fuente de estudio de las SA!!!
En fin, Bunge califico a Heidegger como un delincuente cultural. Yo, que no comulgo con el positivismo escondido de Bunge, coincido en que Heidegger fue y es, un filosofo en el que las fuerzas mas oscuras y retrogradas de la humanidad encuentran base y hacen pie en esas cenagosas aguas del autoritarismo mas feroz.