Los K no son propiamente una dictadura, pero ejercen el poder como lo ejercieron en Santa Cruz, igualito. Lo que es innegable es que son inmensamente corruptos, que son increiblemente ineptos y sin dudas, mantienen ignorantes increiblemente burros como Anibal F. al frente de ministerios que se merecen algo mejor. (para muestra basta un boton: el abogado Fernandez, confundio los plazos del Codigo Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires con los del Codigo Procesal Civil de la Nacion, dijo a los cuatro vientos que tenian 48 hs para apelar el amparo que le dio Sarmiento a Redrado... y que si no la "hubicavan sha, aora mesmo", entonces el gobierno quedaria en la indefension y con los plazos vencidos!!!!!) una burrada propia de una bestia al que le regalaron el titulo de abogado no hace demasiado.
Los K no son una dictadura, pero les encantaria. Lo que no se entiende, es que mas alla de las burradas de la oposicion, haya todavia personas que se titulan progresistas, y no vean que se trata de un gobierno reaccionario, bonapartista, ingenuo, inepto, nepotico, despotico y ciego como muy pocos en la historia democratica argentina.
Los K no son una dictadura, pero ejerce el poder alguien que no esta legitimado para hacerlo. Dispone como si fuera el jefe de gobierno, propone y dispone de medidas que los ministros cumplen como si se produjeran en el vientre presidencial, y muchas veces no es asi, se han visto marcha atras por orden de Cristina a barbaridades pergreñadas desde la cocuzza de Nestor, que nunca para, que no descansa, que hace numeritos con el lapicito mordido y cortito, aunque a veces hace creer que es una bic...
Los K no son una dictadura, no, son un proyecto de sultanato abortado, que miro en el espejo-espejito de Chavez, que nadando en petroleo se queda sin luz, pensaron que los piqueteros eran masas de soldados de camisas rojas que taconean a son del propio taconeo presidencial, taconeo de Prada, no de botas de Maresco Speziale, y no hay ningun taconeo, solo el sonido cortante del billete reluciente, repartido con sabio amarretismo, no vaya a ser que sea para otra cosa que para comprar dos o tres dias de morfi y fundamentalmente de chupi. Pero no se dieron cuenta que para ser soldado hay que estar dispuestos a morir. Y no se le ven uñas a los guitarreros del folklore de piquete, machos con el impaciente en autos de medio pelo, para enfrentar mas que a sus propias sombras, que seguro le mete un uppercut antes de que empieze la joda y zafan del quilombo sin arriesgar nada, pero nada de nada y eso que tampoco, segun marx, tienen nada que perder. Ah, pero esos eran los proletarios...estos que son, entonces?
"Lumpen", querido, "lumpen", no ve que no se lo puede dejar solito, y ya me saca un mamotreto y ni siquiera dice que los K son una pequena dictadura, no son como una dictadura en serio, como tiene que ser, una de esas que da gusto odiar y rechazar, esas que da gusto ir y ponerle el cuerpo a la lucha...
Los K, por mas que den lucha ahora, estan condenados en el imaginario social, estan condenados en el corazon mismo donde ellos piensan, suponen, peregrinamente, que tienen el mayor apoyo. En el plexo exacto de la pobreza, en el gentio apiñado al borde de las autopistas, en las margenes de arroyos fosforescentes de tan contaminados, en las barriadas siempre recordadas por el Baronazgo Peronista a la hora del voto choripanero, pero inerte al cambio, inexpugnable al progreso y fundamentalmente, desangelada de toda posibilidad de salir de pobre, desesperanzadamente pobre.
Basta preguntar a las madres que vienen a pagar, religiosamente, el obolo por sus hijos presos, que piensan de la presidente...y esa tersa dignidad en la pobreza se trastoca en un rictus de bronca y desilusion.
La brecha que se abrio con la 125, no solo con los beneficiarios de la sojizacion, sino con el colectivo difuso, incoloro, indoloro y tenue, llamado, a veces haciendo un alarde de elasticidad de conceptos: "clase media argentina", desnuda una realidad que viene fermentando hace añares, al calorcito del jugo de basura, a la sombra de la chapa podrida, a la vera del arroyito radioactivo, tapado por bolsas de basura indestructibles, es la marginalidad la que despierta en sus emergentes, violentando una realidad a golpes de 9 milimetros, a golpes de muertes inutiles y banales.
Banal, como todo lo que tocan los K. Banalizaron a la dictadura, banalizaron AMIA, banalizaron cromagnon, banalizaron al congreso, banalizaron la propia presidencia, que al son supuesto del tacazo energico de la medicada, baila en realidad al ritmo enloquecido de un jodon venido a mas.