Acaso en un recodo del recuerdo
errático, amorfo y silente,
herrumbrado por la noche latente
mansamente limado
por los años,
por el hedor de los años.
Un rastro cómplice,
pródigo.
Un chorro de música
hedionda
rebasa el irrisorio contenido
y cae en los dulces rincones
a cambio del secreto
de la sacrílega permuta.
Jadeante, un apego furtivo
resbaló en la sordidez
de la virtud
y un grasiento vaho
de zozobra
empaña el dolor y el gozo.