Una lectura atenta de los fundamentos que dio la presidente para la capitulación que nuestra patria ha firmado con la teocracia Iraní, criminal, asesina, genocida y pretensa genocida nos induce, indefectiblemente en la inevitable y dolorosisima conclusión de que Cristina Fernández, la presidente, es una antisemita atravesada por no solo los prejuicios católicos sobre el tema, sino también por los prejuicios nazis y árabes, no por lo racial, sino acerca del supuesto poder omnímodo y la agenda secreta de dominación de los judíos. Su descarnada admisión sobre la "ajenidad" del conflicto, nos remite a las manifestaciones acerca de la responsabilidad del atentado, que realizara Chávez, sus adláteres, sus alquilados y sus falderos, una concepción líquida y perversa, llamadora a la puerta del genocidio, del asesinato y de la masacre. Del Pueblo Judio, por si no queda claro.
He de tratar, en adelante, a esta presidente como una antisemita redomada que, seducida y secuestrada su razón por el antisemitismo feroz de Chávez, expone su pústula y su mugre a la vista de todos. La única intención de todo esta fantochada es desplazar la responsabilidad a "los sionistas, que volaron su propia sede"...Esta tesis fue la que barajó inmediatamente la Gendarmería, allá en el 94 y siempre sostenida por los fanáticos de las conspiraciones y, claro, enarbolada por los iraníes.
Cristina Fernández de Kirchner en su supina y ya no tan incipiente insania ha elegido suscribir el primer paso en tan descabellado rumbo y el delirio nacionalista y autoritario en el que están sumidos y en el que gastan energías pensando en conspiraciones internacionales de judíos y masones, los está cegando a la realidad. No ven la economía, no ven el aislamiento y decadencia argentina, no ven la brecha tecnológica que se agiganta cada día, no ven que Irán, Cuba, Venezuela y Corea del Norte son dictaduras sangrientas, no ven que el mundo NO se desmorona en una crisis sin precedentes, sino que el propio mundo va dinamitando sus propias estructuras podridas, amputando lo que no tiene salvación y preservando, como se pueda, la paz social y la economía. Nuestros pretensos dictadorzuelos, desesperados en su ignorancia, se limitan a librar una guerra con el mensajero...mientras las mineras, los chinos en sus barcos predadores y los bancos, los funcionarios corruptos, los empresarios amigotes, se llevan TODO. Cuando la crisis adquiere carácter terminal, siempre los judíos vienen a estar bien a mano para culparlos de todo y generar un buen pogrom que restablezca el equilibrium mundi. Un desastre.