Monday, December 28, 2015

Reheavy Rejodido

En relacion a la fuga de los Lanatta y uno de los Scillaci, y habiendo sido abogado querellante por la familia Ferron en el juicio oral y publico que los condeno, junto a mi querido amigo el Dr. Miguel Angel Pierri, y estrictamente a titulo personal, debo decir que la fuga responde, en mi opinión, a un detallado y minucioso plan de destrucción, jugado a varias bandas, con el fin de esmerilar al actual gobierno de la provincia y, por extensión, al gobierno nacional. Es una especialidad de la casa, producir situaciones que le son endilgadas directamente al perjudicado por la misma situación, recordemos Nisman, entre otros casos. El servicio penitenciario es responsable directo de la fuga y el descabezamiento NO es suficiente, debe detenerse a cada guardia que participó en la fuga, debe investigarse como se diagramó el esquema de guardias y deben auscultarse las antenas de telefonía celular para determinar los teléfonos que se usaron, y determinar a quién pertenece cada teléfono, porque no me quedan dudas de que los Lanatta coordinaron la fuga por un celular que poseían en el penal. Cada llamada debe ser seguida, minuciosamente y determinarse, finalmente, el esquema completo de esa red. Yo no tengo dudas de la responsabilidad del Servicio Penitenciario, porque de las declaraciones de su antiguo abogado se puede aprender muchísimo, y me queda claro que el mismo quizás respondía a alguien muy, muy poderoso en su momento y nada de lo que dijo se puede descontextualizar. Lo cierto es que las posibilidades de que no aparezcan nunca mas son elevadisimas. No porque vayan a estar exitosamente prófugos, algo que sin apoyo del poder no es posible por una largo periodo de tiempo, y menos que menos si hay verdadero interés en que sean detenidos. Las posibilidades de que les suceda exactamente lo que le sucedió a JJ Lopez, son altísimas, el rastro de este pobre hombre se perdió en un campo propiedad de reputado político platense, mas precisamente con los perros centrados en un colchón, Si alguien piensa que esto lo financió el "narcotráfico"... si, puede ser, pero mas por la política que por el narcotráfico, o mas bien por la narcopolítica... y con esto digo todo, el que quiera y pueda entender que entienda, yo tengo claro que de donde viene esto, no se jode. Como dije, la carambola es a varias bandas y confluyen intereses, los de la jefa del SP que se va, los de los penitenciarios de Alvear, que seguro cobraron su libra de carne, la política reculante y golpista y, muy especialmente, la narcopolitica, que no se resigna y da la pelea como sabe, todos bien heavies, rejodidos

Wednesday, November 18, 2015

Canibales

El prisma con que se mira la realidad en Europa, tiene siglos de cuidadoso esculpido. No es delicado cristal o moldeable plástico su lente, sino de adamantina solidez indestructible. El odio al judío tiene esa característica: solidez indestructible, arraigada en las profundas capas del subconsciente colectivo y personal de personas educadas, nutridas y mimadas dentro de un esquema de profundo odio y desconfianza al judío. El odio Canónico establecido por el dogma eclesial resulta basico para comprender lo que estoy planteando. Se ha intentado, desde la jerarquía de la Iglesia, trasmutar un odio satanizador milenario, a través del Concilio Vaticano II, pero no ha podido rasgar la dura piel de la costumbre, de la tradición, de la fácil demonización. Aun cuando pocos intuyen una conexión entre la vertiente eclesial del odio antijudio y la vertiente progresista, seudoizquierdista, profundamente reaccionaria y añorantemente estalinista, éstas están genéticamente unidas. El buenismo y la corrección política de la posguerra los unió indisolublemente. Tienen la misma raíz, una raíz ética perversa que abreva en la experiencia moderna, en la que el judaísmo resulta una intolerable fuerza movilizadora, por una parte, y en la que, como consecuencia de ese mismo impulso modernista, el judío quedo indisolublemente percibido al impulso capitalista, y la visión de Marx en este sentido no es casualidad, aun cuando el propio socialismo reconoce no pocas influencias judías en lo teórico, y una participación enorme de judíos en todos los movimientos de izquierda en casi todo el mundo. El odio islámico, por otra parte, tiene dos vertientes poderosisimas, obviamente la canónica, establecida por ese Manual del Odiador Compulsivo, que es el Coran, sumado a décadas de frustraciones que se les acumulan, frustraciones sociales impulsadas por élites que sumen a sus países en ciénagas de atraso y corrupción y, encima, guerra tras guerra tras atentado tras masacre tras demonización tras mentiras tras muerte... sobre sus pueblos y sobre sus enemigos, pero sobre todo sobre sus propios pueblos. Y el pequeño Estado Judío sigue allí, desafiante, brillando, en el fallido Medio Oriente. La sumatoria de las tres taras, de las tres historias, de las tres instrucciones canónicas, nos llevan a comprender la inconcebible alianza de quienes se postulan progresistas o humanistas con los monstruos cortacabezas cínicos que, claramente y a los cuatro vientos declaman: primero les cortaremos la cabeza a los nuestros que se nos oponen, luego sigue el turno de Uds. Ilusos buenistas y pacifistas y para finalmente acabar con los judíos... A quienes les reservamos el último lugar, no porque sean un hueso duro de roer, que es la verdadera razón, aunque no lo digan, sino por una cuestión puramente religiosa, puramente escatológica, por cuanto está prometido el Mahdi, que va a venir a imponer el islam para todos y todas...y como dice el Hadiz es condición para ello, el liquidar a los Judíos, de ahí la fijación psicótica con nosotros. Todos estos delirios, que en una época fueron también enriquecidos por la visión racista nazi, la barbarie Volkische, llevan todos a pretender lo mismo: la inevitable destrucción del pueblo judío. La existencia vibrante de Israel y la presencia de judíos en empresas, universidades y en el mundo cultural de todo tipo, es un revulsivo intolerable para el prejuiciado, para el odiador, para el bienpensante que se imagina mejor y sólo es un mezquino individuo consumido por sus odios idiosicráticos y banales. La siniestra conjunción de esas fuerzas son, aparentemente, una invencible realidad. Sin embargo, esa conjunción de fuerzas tiene, dentro de si, el propio germen de la autodestrucción, que es la pulsion irrefrenablemente homicida de una de ellas. El canibal se terminara comiendo al canibal.

Monday, September 21, 2015

Enemistrionicidades varias o lo que sea que sea.

El enemigo, hoy denodada y públicamente expuesto, argumento de mil batallas y escarnios, ya se encontraba en el imaginario de esa entelequia que, desde el siglo 19, venia incubándose aun en los rincones más inesperados del pensamiento argentino, aun en lo que uno podría imaginar en las antípodas del que nos atormenta en estos días, que se avizoran ominosos, previos a algún desastre, a alguna calamidad. El enemigo, el amigo y esas categorías intermedias, hoy extintas o fosilizadas en algunos recuerdos generosos y muchas veces cuidadosamente ocultos de la mirada escrutadora de los amigos militantes, de una u otra herejía, pues es eso, para el otro, siempre. El enemigo, ya no es otro, es siempre algo menos, menos que humano, menos que el recuerdo, que el amor compartido o las horas fumadas ardorosamente en adolescencias o juventudes sin el anatema de la inapelable infalibilidad de la certeza. El enemigo se torna informe, deforme, amorfo, prescindible en la vitalidad cotidiana e imprescindible a la hora de establecer el límite de la ajenidad tribal. Somos tribus, urbanas, suburbanas, estatales, paraestatales, futboleras, provincianas, a veces promiscuas entre si, a veces mortalmente enfrentadas, siempre demarcando parcelas de realidad. La enemistad define, y marca los confines de la argentinidad de la última década. Los emergentes siempre marcan un rumbo, aun sin ser conscientes de ello, los enojados sin remedio, los marginales, los que viven en carne viva, todos ellos, a su manera, deshojan una violencia sectorial, lastimera, irrefrenable, que traspasa su yo y corrige su desequilibrio en un baño de violencia que, muchas veces, termina en las tapas de los diarios, o por lo menos en la sección policiales. Un derrame claro de violencia feroz, prohijada desde la concepción estatal de la autoridad. Policías bárbaras, feroces, descomunalmente hipócritas, fuerzas de seguridad con un sesgo nazi, jueces y fiscales que declaman en los claustros una infinita comprensión al delincuente y en la oscuridad de sus despachos trasmuta su ser en un feroz y siniestro cortacabezas inquisitorial, usando los términos más peyorativos que puedan imaginar, a suerte de mantras protectores que los alejen de esos, los enojados, los quejosos, los insatisfechos, los violentos, los vivachos y los hijos de puta que amargan la vida al prójimo. La violencia vacía que parece haber desbordado la imaginería literaria hacia la realidad más sencilla, enarbola últimamente una inexplicable truculencia y sádica minuciosidad, desde la multitud de adolescentes que aparecen, no solo muertas, sino deshumanizadas, desmembradas, desgarradas en su más íntima proyección como personas, hasta las aún más inexplicables víctimas de robos que terminan muertos, sin explicación, solo una inconcebible bala en el pecho, en la cabeza, en la humanidad, que acaba con ambas humanidades, victima y victimario. El enemigo, está definido en base a un recuerdo vagamente adolescente o juvenil, delineado con severos toques de injusta y basta traza de brocha gorda, arrojando al vacío del odio a todo aquel que ese imaginario colecticio, sugiere como ajeno al palo. Aun cuando se ejerza un riguroso acto de memoria eidética, muchos de los definidos como amigos, jamás hubieran sido siquiera considerados siquiera conocidos, en otras épocas. Simétricamente, muchos de los hoy delineados como enemigo, jamás hubieran sido siquiera mirados con antipatía, sino con esa mirada que se les reserva a los amigos coléricos, a los díscolos, a los rebeldes, una mezcla de simpatía y amable reproche, lejos del escarnio, negación y amputación del recuerdo que se propina desde la mas cerril de las posturas. De un lado y del otro, simetría perfecta.

Saturday, March 28, 2015

Noche y Niebla

Cada día va quedando mas clara la historia que armaron para liquidar a Nisman. El papel de Lagomarsino se hace cada dia mas turbio, mas espeso, mas denso de oscuridad. Desde el mismo instante en que reconoció que el que lo presento a Nisman fue un espia a sueldo de la Policía Aeroportuaria, fuerza de reconocida disciplina kirchnerista, esa oscuridad se hace maciza, impenetrable, siniestra hasta lo indecible. Desde el mismo instante en que aparecen datos completamente no relevantes para la causa, como ser la incomprobable circunstancia de que Nisman le morfaba la mitad del sueldo, o las fotos, o la designación de un abogado embrollero que puja por ser alguien en una causa que no tiene como sospechoso a su cliente. Todo va cerrando en una emboscada en la que lagomarsino, un inorgánico al completo servicio de la causa, aporta su camionada de arena aceptando que "prestó" el arma, (mi hipótesis es que nunca se la prestó, nunca se la pidió, es ridículo pensar que un fiscal que puede portar una Glock, se haga de una 22 modelo del orto), y contribuyendo al asesinato de carácter que se realizó con perfecto timing, acerca de la información que fue suministrando, o la burrada que dijo hoy acerca de "llevarse puesta a Cristina". Mi hipótesis es, también, que él franqueó la puerta, junto a uno de los custodios, al ejecutor. Encubridores directos, a través de la completa destrucción de la escena del crimen, fueron todos y cada uno de los presentes en el departamento de Nisman. Desde la fiscal Fein, una vergüenza de persona, una tragedia en lo profesional, que nunca pregunto o aclaró qué se llevaban ese fulano y algunos prefectos en esas valijas que sacaron del departamento. Nisman murió para que no diera batalla mediática, porque su denuncia podía correr el mismo destino que el que esta corriendo ahora, aun si estuviera vivo. Lo que no podían permitir es a un tipo como el, hablando y hablando en los medios, nacionales e internacionales, sobre lo que el interpretaba como una enorme conspiración delictiva en la que la propia presidente estaba involucrada. La densidad de la oscuridad en la que estamos viviendo, aun comprendiendo la algarabía de algunos que piensan que estamos en tiempos crepusculares, finales de tiempo, cierres, caídas y pases de facturas, nos confronta con una realidad que, de jodida nomas, se va haciendo interminable, se va haciendo imprecación, invectiva e insulto. El fárrago artificial e indigente de medias verdades y directas mentiras con que nos embucharon durante mas de una década nos embotan los sentidos y la inteligencia. Una sociedad que admite, mansa, que la saqueen, que la meneen, que la embrutezcan sin miramientos, sin vergüenza, sin pudor. Noche y niebla.