Wednesday, September 20, 2017
O Paraíso
Este año, afortunadamente para mi espalda, mis gonadas y en detrimento del amante del relato accidentado, el viaje de ida a Jericoacoara resulto muy placentero, de hecho el viaje en la Toyota de Thiago, un excelente conductor, fue relajante, y la llegada al Vila Kalango nos deparó una gratísima sorpresa, pues la habitación reservada era muchísimo mas linda en persona que en las fotos. Un punto a favor del Vila Kalango. Edu y Giovanna nos reciben, esta mañana en Tico Wind, con amor y alegría, me siento entre amigos. Evidentemente el universo decidió que el paraíso debía no ser tan paraíso, y se le ocurrió que el viento soplaría al revés, del otro lado y fuerte, ahí mismo Edu me mira a los ojos y me dice: ¿que estas esperando? Dale! Vamos! Y lo seguí en unos lindos bordes en el mar tibio, arrachado pero planísimo. El agua me acaricia, literalmente, y el mar, en Jeri, tiene una cualidad femenina. Llegue a esa conclusión en el viaje anterior, y cuando el viento arrecia, mas femenino se pone, mas sensual, mas potente y continente. El mar te abraza en Jeri. El mar te acaricia, en Jeri. El mar te incita, en Jeri. Y tan femenino es ese mar, que la caminata, la larga caminata a la punta de la bahía donde el viento se torna en navegable, tiene algo de seducción, algo de ese largo sino al que estamos acostumbrados con mis coetáneos. El viento, sin embargo, tiene una cualidad masculina, en Jeri. No te abraza, te pega como un amigote algo en pedo. No te acaricia, te sopapea en la espalda, y con una risotada suele hacerte bromas pesadas, puede desaparecer y aparecer al otro instante con una morisqueta y un pito catalán, tratando de arrancarte el aparejo de las manos. A veces lo logra, y te lanza al regazo cálido y sexy del mar, su compañera de juegos.
Jeri es un juego, un constante divertimento entre el Señor Viento y la Señorita, muy sensual ella, Mar, y nosotros, muy avispados e inteligentes, supimos meternos en ese merengue y salir beneficiados, pues la vida se nos hace agua en la boca, se nos hace placer y nos hace, sin dudas, mejores y mas felices.