Friday, April 05, 2013

HABLEMOS DE AUTISMO

Hablemos. Si. Se me ocurren miles de temas para hablar con mi niño autista...pero solo uno relevante: como llego a el. Se me hace imagen indeleble el bosque enmarañado, tolkeniano, quizás klipingiano, un bosque en el que el sendero discurre travieso, jugando a las escondidas, aquí y allá, mostrándose, franco a veces y otras, las mas, elusivo, difuso, y prometedor. Es la promesa lo que permite hollar ese bosque, que luce oscuro, amenazante, desconocido , es la promesa de que nos encontraremos, al codo de un recuerdo o en un instante lívido, cruel, la respuesta al interrogante que un padre, en su búsqueda o en su propio extravío, se hace a cada instante...será el, o una imagen especular, enrevesada de todo lo que debiera ser, o pensamos que debiera ser, o el reverso de una imagen caleidoscópica, fragmentada, quizás rota, de un ideal construido a base de normalidades y formalidades, impuestas, de expectativas furiosas, de éxitos encarnados en el vástago. De abanderados y goles, de primeras palabras, de miradas cómplices, de deditos enarbolados hacia lo alto, señalándonos la maravilla de la vida o un simple pajarito enjuto y algo fané. Maravillas de la vida. Ausentes y presentes, tanto como un mar a algunos cientos de metros de distancia. Uno sabe que esta allí, un rumor inevitable que resuena aun en sueños, aun en la calma mas absoluta. Uno sabe que esta allí, y sabe que la profundidad, que el azul profundo que representa esa profundidad simboliza mas de lo que el propio símbolo intentó. El azul. Sumergirnos en su vastedad, así, desnudos e inocentes, sin la expectativa del éxito, ni la presión del logro. Así. Desnudos y valientes. Mi amor y tu lucha, la mía también.